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La Audiencia de Cádiz impone a cada uno de los miembros del grupo criminal cinco años de cárcel por robar numerosas joyas y relojes en un chalé en Valdelagrana y agredir al propietario y a su asistenta

Policías nacionales en una operación en Torreblanca, Sevilla. Arriba, J.M. S. , alias 'el choco'. / D. S.

Julia Alarcón Cádiz, 03 Mayo, 2022 - 06:00h

La Policía Nacional arrestó en julio de 2019 a J. M. S. alias 'el Choco', un conocido atracador del barrio sevillano de Torreblanca, por su supuesta participación en el asalto al chalé de un joyero de El Puerto de Santa María cometido en noviembre de 2016 por cuatro encapuchados. Tras casi tres años de investigación, los agentes pillaron al último de los cuatro atracadores que faltaba por detener.

Después de pasar por el banquillo de la Audiencia Provincial de Cádiz a finales del pasado mes de marzo, los miembros de la banda de 'el Choco' han sido condenados a cinco años de prisión cada uno como autores de un delito de robo con violencia en intimidación en casa habitada en el que concurren las agravantes de disfraz y de abuso de superioridad. En el caso de 'el Choco', se contempla también la reincidencia, pues ya había sido condenado anteriormente por robos violentos similares.

Asimismo, el tribunal de la Sección Cuarta, encargado de juzgar el caso, les ha impuesto el pago de una multa de 540 euros por las lesiones que provocaron al joyero y a su asistenta, que también se encontraba en el chalé cuando sucedieron los hechos.

La sentencia, que no es firme y puede ser recurrida ante el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), da por probado que los integrantes de la banda se concertaron con al menos dos personas más -que no han podido ser localizadas- para asaltar la vivienda de un joyero de El Puerto y sustraer lo que de valor hubiera en ella.

A tal efecto, los días previos al 18 de noviembre de 2016 realizaron labores de vigilancia de la casa y de seguimiento del dueño para hallar "el mejor modo y momento para ejecutar su plan". Así, el 18 de noviembre los cuatro procesados y los otros dos partícipes no identificados se trasladaron desde Sevilla a Valdelagrana. 

Tal y como recoge la resolución judicial, dos se quedaron en el exterior del chalé para vigilar mientras que el resto accedió a la vivienda colindante (que se hallaba desocupada por ser segunda residencia) tras colocar un andamio en un muro. Sobre las diez de la mañana, los ladrones saltaron el muro perimetral con unos pasamontañas puestos y se colaron en el jardín del chalé del joyero, que en ese momento se encontraba en su casa junto a la empleada del hogar. 

"Aprovechando que el dueño abrió la puerta de la vivienda, dos de los asaltantes lo empujaron, lo derribaron y le amarraron las manos a la espalda con bridas de plástico. A su vez, otros dos encapuchados se abalanzaron sobre la asistenta, la tiraron al suelo, le taparon la boca con una bayeta y le ataron las manos también con bridas, en este caso, delante del cuerpo", narra la sentencia. 

En tales circunstancias, los ahora condenados le exigieron al joyero que les dijese dónde se hallaba el dinero y la caja fuerte. "Lo golpearon reiteradamente, por cuanto el morador les aseguraba que en la casa no había dinero", detallan los hechos probados.

Una vez que los ladrones localizaron la caja fuerte, exhortaron al joyero que les revelase la combinación y, como dijo que la ignoraba, lo amenazaron con partirle las rodillas y los dedos con un martillo de albañil que, al igual que otras herramientas, salieron a buscar a fin de arrancar de la pared la caja. 

Finalmente, los procesados se hicieron con la caja fuerte, que contenía en su interior numerosas joyas y relojes de alta gama valorados en más de 120.000 euros, además de dinero en efectivo, según informó en su día la Policía Nacional.

Logrado su objetivo, los asaltantes metieron a las víctimas aún atadas en un cuarto de baño y se fueron, no sin antes amenazarlos de muerte si avisaban a la Policía. 

Además del contenido de la caja fuerte, los miembros de la banda de 'el Choco' se llevaron del inmueble varias gafas de sol, bolsos de marca Loewe, Gucci, Vitorio y Luchino y Louis Vuiton, perfumes, ordenadores portátiles, zahones, una montura hecha a mano, una maquinilla de afeitar, un belén antiguo, un televisor de 32 pulgadas marca Samsung, una Play Station 4 y una cubertería de plata de 114 piezas, entre otros objetos. También se apropiaron de 260 euros que llevaba la empleada en su bolso. 

Son varios los indicios que han permitido al tribunal de la Sección Cuarta de la Audiencia de Cádiz condenar a la banda de 'el Choco'. De una parte, uno de los miembros del grupo criminal bebió de una botella que había en el dormitorio de la vivienda asaltada. Así, tras cotejar el ADN hallado en dicha botella, los investigadores encontraron restos biológicos que "coincidían sin ningún margen de error con el perfil genético de uno de los acusados". 

De otra parte, una vecina de Valdelagrana reconoció "sin ningún género de dudas" a otro procesado al que vio la mañana de los hechos "en actitud vigilante, metido dentro de un coche Jaguar de color blanco estacionado frente a la casa objeto de robo". Asimismo, otros testigos observaron esa misma mañana y días antes un Jaguar blanco en las inmediaciones de la vivienda. Incluso un hombre vio una persona sacar herramientas del maletero, "lo que es compatible con que se usaran para sacar la caja fuerte".

Además, durante el asalto, uno de los ladrones realizó una llamada desde dentro de la casa a alguien de fuera en la que decía "ya estamos". Así, los investigadores pudieron analizar los repetidores de la zona y localizaron varios teléfonos que, aunque tenían una titularidad falsa, fueron identificados como los usados por los procesados. 

Por último, las cámaras de la Dirección General de Tráfico (DGT) captaron el seguimiento que dos vehículos hicieron al coche del joyero los días previos al robo. El primero resultó ser propiedad de uno de los encausados mientras que el segundo pertenecía al pariente de otro procesado.

‘El Choco’ no llega a los 40 años y acumula varias detenciones por tráfico de drogas y lesiones, también por un homicidio en grado de tentativa, pero, sobre todo, por atracos. En el año 2006 ya fue detenido por un delito contra la salud pública. Al año siguiente fue arrestado por extorsionar a un vecino de su mismo barrio, al que pedían dinero amenazándole con darle una paliza. En diciembre de 2012 fue de nuevo detenido en Coria del Río por su implicación en un secuestro a un ciudadano marroquí. La víctima de la detención ilegal tenía una deuda de 16.000 euros por un asunto relacionado con el tráfico de drogas. Los secuestradores se hicieron pasar por policías. Llevaban hasta el uniforme reglamentario y una pistola simulada que se les cayó en el lugar de los hechos.

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