No hay más aceras en Madrid

2021-11-18 11:48:19 By : Ms. Miley Ren

En Madrid ya no hay aceras, hay terrazas. Además de sillas y mesas, han aparcado motos, scooters y andamios, muchos andamios. Paraguas, trincheras y vallas. Pero las aceras, lo que se llama aceras, ya no se ven muchas por aquí. Es un misterio por donde caminan los madrileños. Quienes logren cruzar tres calles seguidas deben estar federados en triatlón.

El otro día estaba en la calle Orense y había tantos trabajos que desde el taxi hasta el VIP me perdí un poste. También están desapareciendo muchos cuadrados. Si no ha estado en la Plaza Mayor en mucho tiempo, no se moleste en intentarlo. Probablemente ya no lo encontrará. Solo verás a Felipe III allá arriba. De lo que apenas queda es la plaza más famosa de Madrid. En el centro aún se puede ver la estatua del monarca que mandó construirla porque a caballo es más fácil no enterrarse entre tanta terraza.

En realidad, aunque apenas se sientan sus adoquines, lo más probable es que la Plaza Mayor siga donde siempre lo ha hecho, porque ya están montando los puestos navideños de su vida. Este año queda por ver cómo llegarán al mercado los que busquen camellos para el belén o una peluca de colores. Las mesas de los bares de la Plaza Mayor han ganado tanto espacio que cuando se vendan esos Papá Noel que cuelgan de las escaleras se confundirán con los camareros subiendo entre los clientes. Algún operador prudente ha dejado un pequeño pasillo entre las terrazas y los puestos navideños a medio montar. Será tan ancho como un río de papel de plata y más o menos la misma utilidad.

Los vecinos despotrican desde las terrazas mientras toman una cerveza abrigados

Durante la pandemia, las terrazas fueron ganando terreno en las aceras y en la carretera de Madrid. Los vecinos que no podían encontrar estacionamiento estaban despotricando a regañadientes que sus espacios de estacionamiento estaban llenos de mesas, mientras tomaban una cerveza caliente allí mismo. Los bares incluso se han labrado un nicho insólito en las aceras más estrechas, o lo que queda de ellas, con un nuevo formato de mesas altas, convertidas en un refugio perfecto para los fumadores. Los peatones que quieran evitar ese humo siempre tienen una alternativa para caminar entre los tubos de escape.

Con una capacidad muy limitada en la industria de la hostelería y la recomendación de evitar los interiores debido al virus, las terrazas tomaron las calles en el último año sin mucha oposición. Sin embargo, como han desaparecido las restricciones de capacidad y regresa la posibilidad de llevar los bastones sin llevar la manta en la bolsa, el entendimiento vecinal con la ampliación del terracil ha ido disminuyendo.

Le pasa a Ciudadanos como le pasa a las aceras, por mal que esté, está desapareciendo

Cada vez son más las personas que protestan por la falta de espacio y el ruido de tanta terraza. La teniente de alcalde Begoña Villacís, que es la principal impulsora de esta medida, defiende que la ampliación de las terrazas por parte del covid continúe por dos años más. Después de todo, la pandemia no ha terminado. Los hoteleros, encantados, por supuesto. Otra cosa es que se agradece a Ayuso porque el reparto de poderes solo preocupa de verdad cuando es para ir a quejarse. Además, los Ciudadanos son como las aceras. No importa lo malo que sea, está desapareciendo.

Varias asociaciones, entre ellas representantes de personas con movilidad reducida, vecinos y también comerciantes, que piden que los transeúntes puedan pasear tranquilamente frente a sus escaparates, se quejan a Villacís de que ese uso del espacio público está siendo monopolizado privilegiadamente por un solo sector. Según la nueva ordenanza, aún provisional, las terrazas de covid que se encuentran en zonas de estrés serán limitadas. Lo difícil es ponerse de acuerdo sobre qué son exactamente.

Mientras tanto, no hay más aceras libres. Es normal que las terrazas más populares de la capital estén ahora en los tejados. O mejor dicho, en los tejados. En esos tejados pícaros de tejas rojas tan auténticas sería más difícil poner terrazas, pero no descartemos que pronto las autorizarán. Solo habría que ponerse un arnés para beber el Mahou.

¿No se está poniendo tan de moda la escalada? Con tanta furia por los muros de escalada, llena de gente que aprende a escalar muros, la hostelería está desperdiciando la posibilidad de extender sus terrazas por los muros. Madrid ya tiene famosos jardines verticales. Desde el Caixaforum, hasta el Hotel Santo Domingo pasando por la Torre de Cristal. ¿No caben en algunas mesas encima? Bastaría con ponerles un poco de agarre. Y aunque no autoricen las terrazas verticales, siempre será útil escalar para moverse por la ciudad hasta que reaparezcan las aceras.