Tras más de un año de obras, la Junta de Castilla y León, a través de la Consejería de Cultura, ha culminado la restauración de los problemas estructurales en las cubiertas del convento de Las Úrsulas. La intervención se planteó en el año 2017 pero la salida de las religiosas del inmueble por la falta de vocaciones obligó a aplazar la intervención hasta que finalmente la Fundación Edades del Hombre se encargó de gestionar el edificio para mostrar tanto las obras artísticas como las exposiciones temporales que se celebren.

Fuentes de la Junta confirman que la empresa adjudicataria ya ha entregado la certificación final de la obra y tan solo quedarían pendientes las comprobaciones por parte del órgano de contratación antes de proceder a la recepción formal de la obra. En todo caso, según señalan, no se demorará más de un mes.

La intervención ha sido más ambiciosa con 507.000 euros que la que se planteó inicialmente en 2018 cuando apareció por primera vez en los presupuestos con una consignación de 100.000 euros. Entre los daños que se han tenido que acometer figuran principalmente los problemas en las cubiertas: tanto de la nave principal como el ábside. La primera presentaba lesiones severas debido a los tirantes añadidos que no respetaban la configuración original del convento erigido en el siglo XV y que obtuvo su máximo esplendor con el Arzobispo Fonseca, cuyos restos descansan en el interior de la capilla en un sepulcro de marmol realizado con la misma técnica que el que se realizó para los Reyes Católicos en Granada.

La parte más alta del convento en el torreón también presentaba problemas tanto por el acceso de las palomas —se ha colocado una malla protectora— como por el mal estado en el que se encontraban las gárgolas y los pináculos que estaban la mayoría desmochados. En esta estructura además se apreciaron elementos diversos que “parcheaban” puntos de rotura o próximos a ella alejados de la lectura original con la que se ideó la obra. A la espera de las conclusiones de los técnicos, ya en el proyecto original se planteaba que la cubierta que se mantenía podía ser diferente a la original creada en el siglo XVI.

La parte más visible para los salmantinos durante este año ha sido precisamente la colocación de grandes andamios para acceder al torreón. Durante la primera fase —iniciada a finales de julio del pasado año— se colocaron tres importantes estabilizadores en la fachada para poder llevar a cabo el desmontaje de la cubierta y la revisión integral.

Otra de las actuaciones más delicadas y que ponían de relieve el deterioro del edificio era las grietas presentes en las fachadas laterales. Es el caso de la situada en el suroeste: una gran zanja que atravesaba el contrafuerte que ha sido necesario rejuntar mediante un cosido mecánico y un rejuntado de las llagas para tratar de rejuvenecer el convento. También se ha hecho un trabajo de retirada de multitud de grapas metálicas que afeaban el convento y también le restaban valor patrimonial.

Culminada la intervención del Bien de Interés Cultural, la Fundación Edades del Hombre podrá volver a abrir las puertas del convento —cerrado desde finales de 2020— y cumplir su objetivo: mostrar las obras que tiene el convento. Es el caso de los maestros Juan de Borgoña, Diego de Siloé y Luis de Morales. De Juan de Borgoña (activo entre 1495-1536) se exponen una serie de tablas que formaban parte del retablo mayor original de la iglesia de este convento.

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