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Una mujer pasando ayer junto a los andamios instalados en la iglesia de Santullano. | L. B.
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Dos columnas de andamios sorprenden estos días a los paseantes que se acercan por el entorno de San Juilán de los Prados. La razón de ser de estas estructuras portátiles, instaladas en la parte trasera del templo, no es otra que el inicio inminente de los ensayos y estudios que decidirán la estrategia a seguir en los próximos años para mejorar la conservación de las pinturas interiores de esta joya del Prerrománico asturiano.
Las labores, que se alargarán durante un año, pretenden arrojar luz a los expertos sobre si la posibilidad de revocar las paredes exteriores del templo para poner coto a las filtraciones y humedades es la mejor opción para frenar el desgaste sufrido por los elementos pictóricos. Se trata de una solución defendida por varios especialistas, que, no obstante, subrayan que la medida debería ir acompañada de una reducción de la actividad humana, difícil de satisfacer, pues San Julián de los Prados mantiene las funciones de parroquia.
El Consejo de Patrimonio Cultural aprobó estos trabajos en septiembre del año pasado con la intención de que pudieran acometerse a lo largo del presente verano, pues las pruebas de revocado precisan de buen tiempo para dar resultados satisfactorios. La tramitación recibió un impulso definitivo a finales del pasado julio, cuando tuvieron luz verde del Ayuntamiento para la licencia de actuación, cuyo comienzo, según fuentes de Cultura, podría producirse esta misma semana.
Los restauradores adelantaron ya, tras el visto bueno del Consejo del año pasado, que esos ensayos se practicarán en una zona libre de pintura al interior, y probablemente en la cara norte del edificio. “Lo que harán será extender unos morteros, una vez que hayan comprobado qué tipo de cargas y sobre todo qué medidas son las mejores para los muros, cuánto precisan de árido y cuánto de cal. Lo extenderán en caras seguras, lo más seguro en la cara norte y allá donde no haya pintura, e irán tomando durante un tiempo una serie de mediciones para constatar los parámetros de humedad y comprobar qué ocurre dentro de los muros y el proceso de migración de sales”, explica entonces la restauradora Natalia Díaz-Ordóñez.
Se trata de la primera fase de un largo proceso para restaurar con garantías las valiosas pinturas interiores del templo. "La previsión es que la recuperación de las pinturas podría alargarse durante varios años", estiman desde la consejería de Cultura, la cual considera este plan como "prioritario" para conservar en el mejor estado posible Santullano.
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