Así ordena la Alhambra la fachada del Palacio de Carlos V por primera vez en su historia

2021-11-26 03:53:30 By : Ms. Jenney Zhan

A menudo, el Palacio de Carlos V es considerado por algunos historiadores del arte como un objeto extraño para la Alhambra. Sus obras comenzaron apenas 30 años después de la conquista de Granada, en 1527, tras decidir el propio emperador, nieto de los Reyes Católicos, que quería ubicar allí su residencia de verano.

Impresionado tras su visita a tierras andaluzas con motivo de su boda, cuenta la historia que los jardines nazaríes de ese cerro granadino dejaron su huella en el monarca. Sin embargo, lo que motivó su decisión poco tiene que ver con la sustancia y forma de su resultado: un carácter clásico netamente europeo, esbozado en ese inmenso edificio por el arquitecto Pedro Machuca, conocido como un

 de las 'águilas' del Renacimiento español. Se parecen, tomando el dicho español, como un huevo a una castaña.

Sin embargo, a lo largo de los siglos, es casi imposible entender sin él cuál es hoy el conjunto monumental más turístico del país. Millones de visitantes al año cruzan sus puertas, para ver el Museo de la Alhambra o el Museo de Bellas Artes de Granada, ahora en su interior, o simplemente para observar el impresionante aspecto imperial de su estructura.

Quizás por eso, por su robustez, a diferencia de otras infraestructuras más frágiles a su alrededor, no ha tenido restauraciones muy intensas o prolongadas. Ahora mismo, sin ir más lejos, se está llevando a cabo la primera restauración de sus fachadas de su historia. La obra terminó en 1557. Casi 500 años después, esta es la primera vez, al menos documentada, que un andamio cubre su paisaje.

820.000 euros es la cantidad invertida para ello por el Patronato de la Alhambra. Tal cantidad, procedente de fondos FEDER, sirve a un equipo multidisciplinar de restauradores, historiadores y arquitectos para, en primer lugar, conocer el estado exacto de los 28 relieves que pueblan sus dos portadas con pedestales de alegoría y batalla. A esto, además, hay que sumar tondos, relieves de tímpanos y esculturas exentas que finalmente cuentan hasta 31 representaciones de figuras humanas.

Por la altura, hasta que se puso en marcha el proyecto, salvo que fuera de lejos y con prismáticos, el deterioro era imposible de percibir. De hecho, desde abajo parecería que todo está intacto. Nada más lejos de la realidad: ninfas sin narices, ángeles con alas rotas, grietas, fracturas, polvo endurecido, líquenes y hasta la piedra caliza de Sierra Elvira, uno de los materiales que la componen junto con el mármol macael y la serpentina, disuelta como el azúcar justo. deslizando el dedo.

Para actuar al respecto, la obra consta de dos andamios: uno en la fachada oeste y otro en la fachada sur. Dos mundos antagónicos desde el punto de vista de la restauración. La luz y la oscuridad. Casi una metáfora del clima extremo de Granada. La fachada oeste está desgastada por el sol de frente que se expande mucho en los días de verano. La parte sur está envuelta por la humedad y la sombra.

Ambos, sin embargo, están relacionados con el principal problema: la lluvia. El agua que entra por sus grietas y que con el viento y otras precipitaciones han creado un depósito en ellas.

Sorprende, aun así, que después de cinco siglos, estos sean los 'únicos' problemas, aunque, viendo como algunos de sus elementos ya estaban allí, según explica la jefa del departamento de restauración del edificio, Elena Corral, incluso había peligro. de colapso en algunas áreas.

“Ahora mismo estamos en la fase de estudio constructivo, analizando cómo se levantaron las cubiertas y, sobre todo, qué provoca las alteraciones. Estamos hablando de una estructura de piedra, con mucha durabilidad. Pero sí, hay zonas que están muy mal, aunque solo se restrinja a algunas zonas: los bordes de las columnas, las cornisas, las esculturas ... están interviniendo en el tiempo y eso es lo positivo », dice Corral.

La etapa de consolidación del edificio durante esta fase de estudio pretende tapar aquellas grietas por las que pasa el agua, para elaborar un nuevo sistema de resguardo entre sus muros y donde los años han pasado factura. Además, ha habido sorpresas. El paso del tiempo no solo ha dejado un residuo natural, sino también humano.

Como prueba, uno de los "detalles" descubiertos por los restauradores: los patines de óxido artificial con los que nadie contaba y que debieron haber sido fabricados en uno de los pocos momentos históricos en los que artistas de cada época integraron sus obras escultóricas en las fachadas.

Estos, sumados a la pátina natural de los factores climáticos, dejan claramente un trabajo más arduo por delante. Tenemos que elegir cómo tratar cada una de ellas en el proceso de limpieza y ver qué método es mejor para retirar cada capa ”, resume el responsable del departamento de restauración.

Entre el impacto humano, además, por supuesto, también hay grafitis. No hay un solo rincón de Granada que no lo tenga, y el Palacio de Carlos V no es una excepción. Todos datan, eso sí, del siglo XIX o XX, aunque ninguno de los especialistas parece explicar cómo pudieron escalar tan alto. Teniendo en cuenta que esta es la primera restauración en la historia de la fachada, por supuesto, en un andamio, no lo fue.

Entre las diversas vías de trabajo que tiene este proyecto, que tendrá una duración aproximada de un año, está la de documentación. El objetivo, dice Rocío Díaz, directora del Patronato de la Alhambra y el Generalife, es recoger todos los datos posibles para futuras restauraciones y reformas, de modo que en caso de una nueva obra, no sea necesario empezar de cero.

“Para nosotros es fundamental conocer y documentar lo que se está haciendo, especialmente para las siguientes generaciones”, dice Díaz. El conjunto monumental de la Alhambra, explica con entusiasmo, debe estar, en su opinión, siempre "en constante movimiento". A raíz del tema, destaca algo inusual en lo que respecta al tratamiento del patrimonio y su importancia en España. «Siempre me alegra ver un andamio o una obra en la Alhambra. Este debe ser siempre el caso y los que vengan tienen que entender que es bueno. Nuestra tarea es mostrarlo, verlo. Significa que se está invirtiendo. Aquí tenemos el ejemplo ».

El Patronato de la Alhambra ha anunciado la posibilidad de visitar la restauración del Palacio de Carlos V a lo largo de esta semana. Será este mismo viernes 26 de noviembre, cuando en grupos reducidos debido a la dificultad de acceso, cualquier persona que lo desee podrá realizar su reserva previa cita. De igual forma, desde la institución indican que se harán preparativos a lo largo del año para conocer este momento único en la historia del edificio.

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