La gran novedad de este curso 2022/23 que arranca la próxima semana es la gratuidad acordada para el último año del primer ciclo de Educación Infantil, para niños de 2 a 3 años; tradicionalmente, el que venía siendo el último en la guardería antes del salto al colegio, a 1º de Infantil. 

Pero los centros privados que se han lanzado a solicitar el pago por sus servicios a la Administración tienen que cumplir los requisitos establecidos por la Junta de Castilla y León para conceder la gratuidad. Uno de ellos, quizá el más complejo para muchos de ellos, es que deben contar con un espacio exterior de (al menos) 75 metros cuadrados en el que los menores puedan llevar a cabo el habitual parón del recreo de media mañana.

Y la solución que se ha puesto sobre la mesa en aquellos casos en que no cuentan con patio o que no tienen más que uno de pequeñas dimensiones, pasa por utilizar la calle a modo de zona de recreo, si bien esto obliga a esas guarderías a solicitar  al Ayuntamiento un permiso para la ocupación de la vía pública, igual que ocurre con una terraza de un bar o un andamio.

En este sentido, el propio concejal de Planeamiento Urbanístico, Manuel Saravia, dice que «no es un asunto fácil» y avisa de que «requiere el establecimiento de normas que lo regule». «En un principio, la actitud es favorable, pero con todas las cautelas para tratar de garantizar la seguridad y funcionalidad del espacio público», apostilla Saravia en declaraciones a este periódico.

El primer centro que ha dado el paso de solicitar la ocupación de la vía pública al Ayuntamiento, para su conversión puntual en un patio para los menores, es uno situado en el barrio de Pajarillos.

Los centros educativos tienen que concretar «cuál es el sistema de delimitación a emplear para fijar en la calle la zona que se ocuparía, especificando si será de tipo fijo o desmontable», explican fuentes municipales, que añaden que «es necesario definir, con un plano, la superficie que se pretende ocupar».

En el mismo sentido, se tiene que determinar «el sistema de acompañamiento y de guía de los menores, con una cinta de paseo, desde el centro a la zona exterior a ocupar (que puede ser inmediata  o no)» y concretar «la colocación del vallado portátil en la zona de viario a ocupar».

Igualmente, se pide justificar «la no interferencia de la ocupación solicitada con el tráfico de la zona, o con los recorridos peatonales, mobiliario urbano y/o arbolado», y el «horario de uso (periodo, meses, etc.)».

Estas fuentes apostillan que «algunos espacios de este tipo ya se vienen utilizando como recreo de los alumnos, pero como uso del espacio público, sin el control o garantías administrativas que ahora se exigen».

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